de verdad, si lo quisiesen hacer mal, no podrian haberlo echo pero, ni la T.I.A. con sus grandes agentes secretos, Mortadelo y Filemon, ayudados por Anacleto, serian capaces de mejorar esta chapuza.
El Gobierno catalán se planteó un sistema espía de teléfonos móviles “indetectable para el usuario”, no rastreable y con “monitorización directa del Whatsapp”, según los documentos oficiales a los que ha tenido acceso El Confidencial. Así consta en un documento realizado por el Cesicat (el organismo que controla las telecomunicaciones de la Generalitat) destinado a una unidad de los Mossos d’Esquadra a la que identifica como UMT y que está directamente relacionada con las telecomunicaciones. Estos teléfonos,igual que ocurría con los distribuidos entre altos cargos de la Consejería de Interior y escoltas, podían convertirse en micrófonos ambiente o en cámaras de vídeo por control remoto.
El sistema que los técnicos quieren desarrollar se podría aplicar a todos los teléfonos móviles. Además, los responsables del mismo estaban muy interesados en que el tiempo de instalación del dispositivo en cualquier teléfono fuese reducido. ¿Por qué? Nadie lo sabe. El Govern mantiene un silencio absoluto, pero algunas fuentes apuntan a que con este sistema se podría controlar, precisamente, a los antisistema, con especial interés en los máximos agitadores del 15-M.
“A los detenidos se les confiscaban sus pertenencias. Durante ese breve lapso de tiempo, se podría pretender realizar alguna instalación en sus teléfonos. En un momento determinado, hubo interés en llevar adelante este proyecto”, dice a El Confidencial una de las personas responsables de evaluar este sistema de control.
Los documentos de trabajo internos del Gobierno catalán abundan en la materia. Las características del sistema especificaban, textualmente, que este fuese “oculto y sin signos de actividad (activación de iconos). Todas las conexiones, procesos y ficheros utilizados por el ‘modo espía’ se ocultarían a nivel de kernel [parte fundamental del sistema operativo]”. En otras palabras, que los dispositivos insertados en los móviles fuesen totalmente indetectables aun en el caso de que los aparatos fuesen sometidos a revisión o pasados por un filtro antivirus.
El conseller de Interior de la Generalitat, Ramon Espalader. (EFE)En resumen: además de distribuir entre altos cargos de la consejería de Interior y escoltas cientos de teléfonos con dispositivos espías, la Generalitat pretendía poner en marcha un dispositivo para incorporar a cualquier móvil un sistema de escuchas “con tiempo de instalación reducido”. Así es como consta en los documentos internos de la Generalitat en poder de este diario.
“Posibilidad de control remoto”
Estos documentos detallan las incluso las características de la plataforma de gestión del dispositivo: el servidor remoto ha de ser no rastreable y hospedará la plataforma de gestión; ha de tener alta disponibilidad; ha de ser una “plataforma de gestión con interfaz web”; ha de tener “facilidad de selección de uno o varios terminales a monitorizar”; ha de permitir la “visualización de la posición del terminal en un mapa”, tanto en tiempo real como en la navegación por todas las localizaciones disponibles “en un día y en una hora concretos”; ha de permitir también la “navegación por el sistema de ficheros del terminal”, la “descarga de grabaciones a un repositorio en momento de inactividad del terminal o con la posibilidad de hacerlo en tiempo real”, el “control remoto del teléfono para configurar los parámetros (periodicidad de envío de información hacia internet…)”, el borrado seguro del teléfono, la “monitorización de la actividad del terminal (llamada en curso, Whatsapp en curso…)” y “el control del terminal vía SMS en caso de no tener acceso a internet”.
¿Cuál era el objetivo? Controlar el máximo de información posible. Esta operación se llevaría a cabo desde el Cesicat, el organismo oficial que controla las telecomunicaciones de la Generalitat. Los documentos oficiales en poder deEl Confidencial son contundentes. Un informe interno del Cesicat detalla lo que este organismo puede hacer para la unidad UMT de los Mossos d’Esquadra: “Aplicación para móviles que sea oculta para el usuario, que permita el posicionamiento y seguimiento del dispositivo desde un ordenador y una aplicación, que se pueda instalar de forma rápida y que no se elimine con facilidad”.
Según algunas fuentes, la aplicación que se podría utilizar lleva el nombre deCerverus y permitiría convertir cualquier teléfono en un micrófono de ambiente o en una cámara de vídeo sin que su portador lo supiese y sin que fuese detectada. En uno de los documentos internos de trabajo de la Generalitat se especifica que esta aplicación sirve para las plataformas Android y iOS, que ha de ser “oculta y difícilmente eliminable”, que ha de tener “un tiempo de instalación reducido” y que, entre sus cualidades, ha de tener la “localización de dispositivos”, el seguimiento, el envío de SMS, la “activación remota de micrófono”, la “activación remota de cámara (no flash) para fotos y vídeo” y la “navegación y descarga de carpetas del dispositivo”. En otras palabras, un espionaje en toda regla.
Entre los factores determinantes para su instalación, destacan que ha de ser “indetectable para el usuario (ni iconos ni procesos)”, ha de estar “instalada en la ROM del dispositivo (rootkit)” y que “no desaparezca al resetear”. Además, ha de ocultar los iconos de actividad en todas sus actividades (ya sea wifi, 3G, o intercambio de datos), que tenga un consumo de batería “razonable” y que “en caso de no cobertura de datos, que la posición se envíe por SMS a un número determinado”.
fuente: http://www.elconfidencial.com/espana/cataluna/2013-11-19/la-generalitat-estudio-controlar-moviles-de-ciudadanos-con-una-aplicacion-oculta_56158/
pero hay mas aun segun este otro articulo
fuente : http://www.elconfidencial.com/espana/cataluna/2013-11-20/la-generalitat-planeo-dispositivos-ocultos-para-espiar-los-moviles-por-las-noches_56529/
Para ello, los técnicos del Cesicat, el centro de telecomunicaciones de la Generalitat, plantearon copiar toda la actividad de los teléfonos espiados durante la noche, en el momento en que sus propietarios estuviesen dormidos y no los hiciesen servir. Así consta en los documentos en poder de este diario. El Cesicat es la agencia que durante los últimos años ha controlado las redes sociales y realizado seguimientos a activistas sociales.
Uno de los documentos, en poder de El Confidencial, señala que tras la introducción de un mecanismo espía en los teléfonos, se podría activar el micrófono y enviar los datos a un servidor remoto incluso con la posibilidad de cifrado. Pero la conclusión que sacaba del espionaje que pretendía hacer este organismo es “el envío de todos los datos a una plataforma central (servidor) de seguimiento/gestión/monitorización, en tiempo real o en momentos de inactividad del terminal (noches, cuando no se hagan servir los datos…)”. Fuentes del Gobierno consultadas por El Confidencial declinaron realizar cualquier comentario sobre la implicación del Cesicat en estas maniobras.
Los escenarios posibles
En otro de los documentos, el organismo oficial señala que “dada la complejidad del proyecto [se refiere a la introducción de una aplicación espía dentro del sistema operativo del móvil], se plantean varios escenarios cuando hablamos de la disponibilidad física de los terminales”. El primero es que los responsables del proyecto tienen todo el tiempo del mundo para introducir el programa espía dentro del teléfono y luego este se le facilita a una persona. Ese sería el caso de los teléfonos repartidos a altos cargos de la Generalitat y a escoltas, por ejemplo. “Previamente a la distribución de estos terminales entre sus clientes, la UMT [unidad de los Mossos d’Esquadra que controlaría, en definitiva, los teléfonos] dispone físicamente del dispositivo, de manera que lo podrá instalar el agente oculto [es decir, el dispositivo espía] sin restricción de tiempo”.
Otra cosa, sin embargo, era si ese teléfono no era para repartir a un alto cargo o a un funcionario. En ese caso, se barajaba el escenario 2: “Los terminales móviles son de un tercero y el tiempo en disposición del dispositivo es limitado”, reza el enunciado de este escenario. A lo que se hace referencia en este apartado es a la posibilidad de introducir el mecanismo espía en el móvil de un ciudadano al que se le quiera realizar un seguimiento exhaustivo. Por ejemplo, a un activista del 15M o a un agitador antisistema. Si en un momento determinado alguno de ellos era detenido, cabía la posibilidad de introducir en su teléfono la aplicación correspondiente para tenerlo controlado.
En ese caso, según los documentos internos del Gobierno, “el abanico de posibilidades es muy grande. Para instalar el agente oculto, es preciso conocer con anterioridad las características exactas del teléfono, como la versión exacta (Hw, terminal, kernel, etcétera). Con esta información, se podría preparar un desarrollo a medida del agente y del instalador”.
El enlace de Información
Quien debía desarrollar toda la operatividad de este espionaje era el Cesicat, aunque el beneficio final se lo llevaría la Policía o, en todo caso, el Gobierno, que podría tener acceso a información privilegiada.
La cúpula de la Policía Autonómica no era ajena a estas maniobras, ya que según ha podido conocer este diario dos agentes de dicho cuerpo siguen de cerca las actividades del Cesicat y han sido destinados como enlaces a este organismo. Desde la creación del Cesicat, los Mossos ya habían destinado a un agente en las dependencias de este organismo, que opera técnicamente desde la localidad tarraconense de Reus pero cuya dirección política y oficinas principales están en Hospitalet de Llobregat, localidad lindante con Barcelona. Este agente policial está adscrito a la Brigada de Delitos Tecnológicos, lo que tiene su razón de ser por el hecho de que el Cesicat se ocupa del control de las telecomunicaciones y es un enclave estratégico para el control de los ciberdelitos.
Según fuentes internas del organismo oficial, este agente está en contacto permanente con Rubén Mora, uno de los responsables de la Unidad Central Operativa, a quien reporta informes periódicos. Pero hace algo más de un año, la cúpula de los Mossos d’Esquadra destinó otro agente al Cesicat como enlace con la Brigada de Información. “No se comprende si no es para realizar un control más ‘político’ de las comunicaciones y de aprovechar la información que se maneja desde aquí”, señala a El Confidencial una fuente interna del organismo. Este nuevo agente tiene como contacto permanente a Miquel Justo, la mano derecha del comisario de Información, Manel Castellví. ¿Qué hace un miembro de los servicios de Información de la Policía en un enclave de telecomunicaciones? La Generalitat mantiene un absoluto silencio ante esta pregunta. Pero la respuesta, a tenor de los documentos internos que comienzan a aflorar, es obvia: saber cosas. Y si los ciudadanos están dormidos, mejor. Más fácil se lo ponen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tus opiniones y/o comentarios, nos sirven para mejorar nuestro blog, gracias