Me parece bien que se quejen de sus cosillas, la
verdad es que están bastante poco valorados como trabajadores. Sueldos
bajos, pagas prorrateadas, contratos de categorías inferiores a la que
realmente tienen... no sé a qué me suena eso, mmmh.
Me hace gracia pensar en lo que me decía la gente hace bastantes años cuando me preguntaban qué quería estudiar y yo les decía:
- Mmh, puesss informática (no sabía lo que me esperaba).
Su respuesta era automática:
- ¡Huy!, ¡eso es el futuro, eh!. ¡Vas a ganar una pasta!
Pues nada, habrá que echarle valor. He decidido que voy a salir del armario...
Hola, soy informático y... ¡SOY UNA PUTA!
¡Qué ocurre con los informáticos!. Estamos en la base
de la "cadena trófica" en cuanto a sueldos y a reconocimiento se
refiere. Claro está que hay excepciones, ahí está el amigo Bill Gates
(Billy Puertas para los amigos) que es o era de los más ricos del
mundo, pero el informático de a pie, el de toda la vida, no es más que
un pelele.
Siempre que hablo con mis otras
compañeras putas, estamos más que de acuerdo en que es absurdo que no se
le discuta nunca su trabajo a un fontanero que viene a casa, nos mira
de refilón la cisterna, cambia un par de frisas (gomas que valen apenas
30 céntimos) y nos dice:
- Desplazamiento, diagnóstico, reemplazo de elementos hidro-aislantes y descuento porque tengo buen día... 140 euritos de nada.
Normalmente piensas: "¡¡alaaa, vengaaa, y ahora a cuatro patas!!". Pero en realidad dices:
- Toma 5€ para que te tomes un café que te veo cansado, ¡cashondooo!
Ahora
llega el caso del informático. De repente en la pequeña madriguera
puteril del "informáticus comunis" aparece el ordenador de un cliente
majete repleto de pelusa y mierda a más no poder, así que lo primero que
hace es limpiarlo. Una vez que está limpio como una patena enciende el
equipo, pega unos cuantos pitidos y... ¡ala!, la gráfica está mal
pinchada. La saca, le pega un limpiado a los conectores y la coloca
correctamente en su sitio. Vale, parece que ya funciona. Intenta
arrancar el sistema operativo y no va.
Le pasa
unas herramientas de testeo a la RAM, al disco... hace algunos cambios
en el arranque y al fin parece que ya va. Cuando consigue llegar al
escritorio principal, lo primero que ve es el escudo del equipo favorito
del cliente del tamaño de un botón pero ampliado 1000 veces. De repente
la pobre puta empieza a supurar pequeñas gotitas de sangre por su
frente al ver lo que le espera pero coge fuerzas y prosigue.
La
puta, después de haber perdido varias horas de su miserable vida piensa
para sí misma: "venga, vamos a ver que le pasa a este ordenador". Lo
gracioso es que el cliente, todo majo él, dijo que seguramente tendría
algún virus y que no podía navegar por Internet, pero claro, se le habrá
olvidado mencionar que no arrancaba. Nada hombre, un pequeño despiste
lo tiene cualquiera.
Ahora enchufa el equipo a
internet (dicho de forma simplificada) y efectivamente comprueba que no
navega. Intenta salvar el equipo a toda costa. La putilla coge por banda
su estuche de CDs para casos extremos y le pasa algún que otro
antivirus, herramientas de limpieza y anti software espía. El equipo
parece que empieza a dar las primeras señales de vida. Ya navega por
internet pero hay unos cuantos virus que están demasiado metidos en el
sistema y va a ser necesario formatear.
Coge el
teléfono, llama al cliente y le explica el problema. Éste le dice que le
sorprende tanta cosa ya que "sólamente había dejado de navegar" pero
bueno, que sí, que adelante.
- ¿Tiene algún dato que guardar? - dice inocentemente la puta al cliente majete.
-
Pues sí, son cuatro tonterías. Me grabas los documentos, las fotos, la
música, me guardas los 50GB de películas grabadas del cine con una
calidad horrible y mi colección de remixes de camela y chiki chiki, son
solo 20GB de nada, ah, y un montón de cosas que no se donde están pero
que luego quiero que estén en el mismo sitio.
La
puta traga saliva y empieza con la tarea. Vuelca todos los datos en otro
disco duro limpio de virus. Instala el sistema operativo de nuevo. Hace
la jodida activación vía telefónica en la que sale un pakistaní muy
majo él pero que no hay Dios que le entienda. Una vez activado empieza a
instalar todos los drivers, los programas normalmente imprescindibles,
los programas mayoritariamente prescindibles, los juegos para don
pubertad eterna, el aprende con el Pipo de los huevos para el niño
pequeño y el cliente de correo para que la santa mujer del cliente
majete y el propio cliente majete envíen "powerpoints" y demás cartas en
cadena a sus amigos y amigas.
Tras volcar todos
los datos de nuevo al equipo ya impecable (en todos los sentidos), llama
al cliente y le dice que ya está listo y que es recomendable instalar
un antivirus, que si no pasará lo mismo de nuevo. El cliente majete
dice:
- Sí, sí... claro, ponme un antivirus,
aunque no sé me pasó la última vez porque antes ya tenía uno -sí, el
antivirus de prueba de 30 días de cuando compró el equipo 6 meses atrás-
Por cierto, ¿cuánto cuesta el antivirus?
- Pues
son alrededor de 40 euros y cuando tenga que renovar el año que viene
será más barato. Se actualiza a diario, le protege de todo y más y tiene
soporte telefónico (otro tipo de putas malpagadas).
-
¡Ala!, ¡que caro!, ¡cuarenta eurazos!, ¡encima no es para siempre! -los
informáticos tenemos la manía de comer todos los días- Bueno, bueno,
instálamelo, venga.
Al fin el equipo está
arreglado, todo funciona como la seda, va rápido... en fin... esta puta
sabe trabajar bien. Llama al cliente para que pase a recogerlo.
Llega la hora de entregar el equipo al cliente y cobrarle.
- Hola don cliente majete, son 60 euros mas los 40 del antivirus.
- ¡Ala!, ¡que dices!, cien euros por cuatro tontás, click aquí click allá -debe ser musulmán que habla mucho de alah-
-
Pero señor cliente majete, su equipo estaba hecho un cromo de Panini
arrugado y de imitación. Tuve que hacerle esto, lo otro, aquello...
¡podría haber construido la Catedral de la Sagrada Familia varias veces!
- Nada, nada, el equipo estaba perfecto, solo
que no navegaba, nada más. Encima os compro un antivirus... no estaría
de más una rebajita.
- De acuerdo señor cliente
majete, menos mal que hay tropecientos casos como el suyo y total, los
hijos y la casa que nunca podré tener no son tan importantes.
El
cliente majete se va con su equipo en perfecto estado, su descuento y
una alfombrilla de regalo. Encima, le sobra tiempo para decir que en
otros sitios son más baratos.
- Venga señor, vaya con Dios... o Alah -que tanto lo menciona-
Tras
esta batallita en la que represento la vida del pobre informático
condensada en unas pocas palabras... quiero que entendáis, aunque sea un
poquito por lo que pasamos día a día pero multiplicado por 20.
Por
cierto, a eso hay que juntar también el hecho de que los que somos
putas, lo somos las 24h y claro, siempre está el recurso de tirar de "el amigo informático que sabe mogollón"
que no tiene otra cosa mejor que hacer en su triste vida que resolver
los problemas de los demás. Aunque estés con gente que conoces sólo hace
cinco minutos (las putas son así, no hace falta conocerlas mucho para
pedirles un trabajito) o estés de vacaciones en el infinito y más allá,
siempre surge la frase: "hombre, ya que estás aquí...".
Nos
gusta la informática, disfrutamos con los ordenadores pero... no nos
hace más felices resolver los problemas de la gente que no se quiere
molestar en leer un par de manuales (como tuvimos que hacer nosotros en
su día). De hecho, siempre tuve una teoría que afirma que "los
informáticos somos informáticos porque somos los únicos imbéciles que se
molestan en leer y comprender los manuales".
Me
pregunto yo, ¿por qué no pedirán un tacto rectal al cuñado Antonio el
proctólogo o un exámen de vagina a la prima Puri que es ginecóloga?.
Nada,
nada. El día que nos pongamos en huelga el mundo verá que realmente
valemos para algo (de hecho casi cualquier cosa depende de un ordenador
hoy en día).
¡¡Huelga de Informáticos YA!!, ¡¡sus vais a cagar!!
Amén.
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